domingo, 11 de diciembre de 2016

Leyenda: El pueblo sin hambre

Erase una vez, en un pueblo Dios sabe dónde, ocurrió un acontecimiento que dejó a todos los habitantes de aquel lugar con un desconcierto y miedo propios del terror que aquello formó. Nadie paseaba por la tarde, nadie iba solo, por decir, ya ni salía la gente, pero tenían hasta miedo de quedarse en casa, ya que aquello de lo que hablaban era semejante al propio diablo, o incluso peor. Aquello hizo cundir el pánico en la aldea y en los alrededores, los que no estaban enterado de esa historia eran considerados unos ermitaños ya que todos sabían de ella. Antes de hablar más, intuyo que no sabréis de esta, así que yo seré quien os libre de que os digan sandeces. Así que, empecemos.

En el pueblo que os he mencionado antes vivía una familia en una casa muy muy grande bastante alejada de la plaza de esta. La familia era bastante rica ya que el padre trabajaba en una plantación muy importante, la madre se encargaba de aparentar delante de los superiores de su esposo para crear buena fama de ellos, aunque, la verdad, es que solo conseguían que la gente del pueblo cada vez los odiara más, y eso que la única que se dejaba ver por el pueblo era la criada, que la pobre debía estar rendida ya que solo estaba ella en toda la casa. Eran bastante reservados, tanto que la gente se enteró de que se habían mudado cuando ya llevaban varias semanas allí. La casa era gigantesca, con un patio de ensueño, con fuentes, jardines con diversidad de colores, tenia tres plantas con siete habitaciones, tres baños, dos cocinas y un establo en la parte trasera, para que descansaran los caballos y los dos mozos que allí trabajaban, los cuidaran y los asearan. O, al menos, eso dicen las voces, ya que aquella mansión estaba rodeada por árboles kilométricos que no dejaban ver nada más que la parte superior de la casa. Esto, junto a todas las furgonetas y camiones que iban y volvían de allí, daban lugar a muchos bulos, unos con más verdad que otros.
Al cabo de unos años se descubrió que la plantación estaba en la misma casa y los rumores hablaban de cultivos modificados con los que hacían venenos, ya que, se supone, que experimentaban con personas. Todo esto, al final se descubrió que era verdad, y cuando todo esto fue difundido, la familia perdió prestigio y se suicidaron tomando la droga que ellos mismos plantaban, la droga caníbal. Esta producía un efecto de "posesión" canibalismo, hiperactividad e incluso llegaba a provocar el suicidio del sufrimiento que producía a la persona que lo estaba padeciendo. Estos efectos se prolongaban hasta la muerte de la persona, no era temporal y eso era lo que más terror infundía en la gente
La gente dice que después de este acontecimiento, la pareja se suicidó, otros dicen que tenían en las cuadras a sus hijos con los que experimentaban, otros decían que eran el mismísimo demonio y que iban a traer la desgracia al pueblo.
Según las voces, la gente moría, desaparecía ganado y todo eso a cualquier momento del día, pero siempre al aire libre, hasta que un día murió toda una familia de una manera espantosa. Dicen que aparecieron todos comidos, al parecer, se habían devorado los unos a los otros y habían sido descubiertos en un inmenso charco de sangre.
La gente ve sombras, oye gritos desgarradores de dolor, también se escucha a los caníbales devorando a otras personas y sobre todo y a todas horas, se oyen pasos lentos y una marcha fúnebre que los acompaña, anunciando el sufrimiento y la muerte de algunos.

Espero que os haya gustado, tanto como a mi escribirla.
Un saludo,
Marta.